Vaya por delante una advertencia. Quien no considere The Shining (El resplandor 1980) una de las mejores películas de terror o quien encuentre el cine de Stanley Kubrick aburrido es posible que no aguante los primeros minutos de visionado. Por el contrario, todos aquellos que todavía sientan inquietud y zozobra después de haberla visto hasta la saciedad y que disfruten con la obra del genial director neoyorquino encontraran más que interesante este documental. Por momentos el nivel de análisis y reflexión roza el paroxismo, pero ha sido terminar de verlo e ir corriendo a poner la película por enésima vez. Por cierto, el título del documental recibe el nombre de aquella maldita habitación. Apaguen las luces y mantengan la calma…
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